También se ha informado de la presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza en el condado de Fresno.
Con dolor en los ojos y lágrimas corriendo por su rostro, Xochitl Núñez, una trabajadora agrícola del condado de Tulare, explicó que su comunidad está desesperada.
"Nunca antes había visto a la gente no ir a trabajar. Es la primera vez que veo a la gente llegar a esos extremos", dijo Núñez.
El martes, Núñez condujo hasta Fresno para recoger tarjetas rojas para ella y sus compañeros de trabajo, en las que se explicaban sus derechos en caso de que los agentes los interrogaran.
Frustrada, dice que los inmigrantes están siendo descritos erróneamente como malas personas.
"Tengo un hijo militar. Tengo un hijo electricista. Tengo una hija en la universidad. Soy trabajadora agrícola y estoy orgullosa. Me lastime la mano trabajando en el campo. Pero incluso así, seguimos yendo a trabajar. No es justo que vivamos con este miedo", dijo Núñez.
En una conferencia de prensa durante el fin de semana, los líderes locales anunciaron que 78 personas habían sido detenidas tanto en el condado de Fresno como en el de Kern.
Sin embargo, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) afirma que la cifra podría estar más cerca de 190, la mayoría de ellos de nacionalidad mexicana.
La Patrulla Fronteriza ha afirmado que todos los detenidos tienen antecedentes penales, pero los líderes locales dicen que han oído informes contradictorios.
"Nunca había visto algo así en mis 10 años aquí. Creo que está empezando a ser un poco más parecido de 2016 a 2020 durante la primera administración Trump", dijo Matías Bernal, director ejecutivo de la Fundación de Educación y Liderazgo.
"Pero no habíamos visto este nivel aleatorio de aplicación de la ley como la semana pasada. Estamos prediciendo que es probable que se intensifique en el próximo par de semanas después de la inauguración".
La agricultura no es el único sector afectado.
La industria del transporte por carretera también está registrando un gran número de ausencias, así como la educación, ya que muchos optan por no llevar a sus hijos a la escuela.
Neindeep Singh, director ejecutivo del movimiento Jakara, que atiende a la comunidad Sij y Punjabi, afirma que el temor no es exclusivo de los latinos.
"Concretamente, aquí en Fresno, hemos oído que la policía actúa en paradas de camiones y en tiendas de comestibles étnicas, lugares donde saben que suelen congregarse grandes comunidades de inmigrantes", dijo Singh.
Los proveedores de servicios a los inmigrantes afirman que la desinformación y las estafas legales están creciendo de forma desenfrenada.
También están observando nuevas tendencias, como que los indocumentados, demasiado temerosos de acudir ellos mismos a pedir ayuda, envían a familiares con estatuto de ciudadanía en su nombre.
Muchos buscan ayuda sobre cómo prepararse en caso de deportación, manteniendo conversaciones difíciles sobre lo que pasaría con sus hijos.
"Planeando para lo peor. Con quién quieren dejar a sus hijos menores, en caso de detención, para que se sientan seguros sabiendo que sus hijos van a ir con alguien que conozcan".
Los líderes locales temen que zonas de California como el Valle Central, la Costa Central y el Inland Empire sean las primeras en ser objetivo, ya que no cuentan con servicios jurídicos tan sólidos como la zona de la Bahía o Los Ángeles.